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Aflojó el lobo la velocidad y quedó pensativo.Después dijo:
“Iván, te he servido fielmente y pienso que tengo que ayudarte esta vez
también. Puedo adoptar la figura de la princesa Hilana y parecer como
ella. Déjala aquí y condúceme hasta el emperador y cuando pienses en mí,
me convertiré otra vez en lobo y acudiré junto a ti.”
Le dio las gracias Iván a su amigo y después quedó sorprendido y perplejo
cuando lo vio transformarse en una muchacha que era igual a la princesa
Hilana. Tras eso, dejó el príncipe a la verdadera princesa en un extremo
del bosque y caminó con el lobo encantado en dirección al castillo del
emperador.
Se alegró el emperador Qusmán muchísimo y le entregó al joven el caballo
con la crin de oro. Después, le hizo una reverencia en señal de respeto y
montó sobre el caballo regresando al lugar donde estaba la princesa
esperándolo y allí montaron los dos juntos sobre el excepcional caballo y
partieron llevando consigo el pájaro de oro.
Traducción: Ricardo Durán
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