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Se alegró Iván mucho, y cuando se acercaba al palacio del emperador
Afrún, dejó a Hilana con el caballo verdadero y se marchó él con el lobo
encantado. Se alegró el emperador muchísimo cuando vio el caballo de crin
de oro y entregó a Iván el pájaro de oro.
Se inclinó Iván en señal de respeto y después salió del palacio. Y enseguida
estaba él y la princesa Hilana cabalgando sobre el caballo verdadero
camino hacia el palacio del padre de Iván.
Pensó Iván de repente en el lobo canoso y desapareció el encantamiento. Y
estaba el emperador en ese momento en una expedición de caza montando
en su nuevo caballo (que era el lobo). De repente, se transformó el caballo
en un lobo feroz y enfurecido. Y el temor se apoderó de Afrún y cayó al
suelo y pudo el lobo darse a la fuga.
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