EL PÁJARO DE FUEGO
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Se propuso Iván no sentarse en ningún momento aquella noche y se mantuvo
las horas caminando alrededor del árbol (para no quedarse dormido) y cada
vez que sentía sueño se lavaba los ojos (en dual) con gotas del rocío (de la
madrugada).
Finalmente, obtuvo su recompensa (al esfuerzo de permanecer en vigilia) y
percibió delante suya repentinamente una luz dorada y fugaz. Después, vio
un pájaro reluciente con plumas (provisto de plumas) brillantes que se
acercaba al árbol. Se escondió Iván para observar al pájaro mientras
picoteaba una manzana de oro con su pico perlado.
Después, se arrastró con cautela y en silencio, y se abalanzó sobre el
animal y lo agarró por la cola. Pero el pájaro se revolvió (se sacudió) y
pudo zafarse y salir volando.
Y quedó de él en la mano de Iván una pluma del plumaje fascinante y
reluciente del pájaro.
Traducción: Ricardo Durán
Traducción: Ricardo Durán
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